Por el mes de diciembre llegó a casa un nuevo ullastre que tenía todo lo que buscamos en los ullastres.

Buena madera, fuerza y un tamaño muy difícil de encontrar. Durante estos tiempos, ha estado en la estantería como uno más, recibiendo su sol y sus riegos y sin pensar mucho en su diseño ni en que hacerle.

Hoy ha tocado sentarme un rato en la mesa, y verlo con calma, estudiar un poco las posibilidades y empezar a pensar en el diseño.

Aunque el árbol ya había sido empezado a formar, no terminaba de convencerme las ramas que se le había dejado para su formación y al descubrir un poco el nacimiento del árbol he visto que tenía un estrechamiento que no me terminaba de convencer. 

Así que a pensar, a jugar y a darle al coco.

Finalmente he decidido trasplantarlo con el nuevo ángulo de plantación para empezar a formarlo con la idea que más me ha gustado y el resultado ha sido este:

Ahora a dejarlo brotar y seguir avanzando en su formación.