¡Uff, que calor! ¿Regamos?

by - julio 15, 2020

Que hace calor es algo que ya sabemos, estamos en verano y es normal que tengamos temperaturas altas. Aunque últimamente son muy altas...


Siempre que llegan estas fechas aparecen los mismos comentarios de cuándo y cómo regar y aparecen mil dudas sobre este tema. Por eso hoy voy a hacer una pequeña entrada contando algunas cosas del riego y su importancia en la temporada de verano.


El riego es lo más importante en el cultivo de bonsai. Debemos aprender a regar y hacerlo de manera adecuada durante todo el año. Lo primero que debemos tener en cuenta es la calidad del agua para facilitar el desarrollo de nuestros árboles y lo segundo es la frecuencia de riego.

En cuanto a esto, la frecuencia la debemos adaptar en base a nuestra zona de cultivo, al tamaño de nuestros árboles y al sustrato que utilizamos. Nadie nos puede dar una regla de oro de cuantas veces hay que regar, por lo que el mejor consejo es: observa tus árboles y riegalos cuando lo necesiten. Habrá días que tengas que regar más veces que otros, o incluso habrá árboles que te pidan más agua que otros. Debemos aprender a ver las demandas reales de nuestros árboles y actuar en consecuencia: riego, sombreo...



La siguiente pregunta es ¿cuándo regar? Y aquí se abre un eterno debate sobre cuándo es mejor y cuando no. Está claro que a primera hora de la mañana es el mejor momento para regar, los árboles empiezan su actividad y necesitan suministrar nutrientes y agua a todas sus estructuras, así que este riego es el más importante. Deberá ser un riego pausado, mojando bien todo el sustrato y asegurandonos de que el riego empapa bien toda la maceta. Y el siguiente riego, ¿lo puedo hacer a medio día?

Pues claro! Es ideal para refrescar nuestros árboles, favorecer una mayor humedad ambiental y reducir la temperatura del sustrato! 

Y ¿qué pasa con el "efecto lupa"? ¡Se van a quemar todas las hojas de los árboles!



Este comentario seguro que lo habéis escuchado un montón de veces, pero es un mito. Por varios motivos, el primero de ellos es la cercanía de la gota a la hoja. Haced la prueba vosotros mismos con una lupa. Poned la lupa sobre un papel y dejarla a medio día a que el sol le dé directamente. ¿A qué no pasa nada? Pues lo mismo pasa con la gota. Al estar encima de la hoja es prácticamente imposible que exista el fenómeno de la lupa sobre la hoja. El segundo motivo, la velocidad con la que esa gota va a desaparecer. 

Y lo más importante, el hecho de refrescar las copas de los árboles nos va a ayudar a prevenir ataques de plagas que necesitan condiciones de altas temperaturas y baja humedad como los ácaros.

Espero que os haya gustado la entrada y ahora...a regar! Que vaya día ha caído por Almería...

Un saludo

You May Also Like

0 comentarios

Gracias por participar en este blog! No dejes de hacerlo!

Instagram