"El Grito" que dejó de gritar
Los seguidores del blog conoceréis este ullastre que lo presente hace ya algunos meses y que decidí bautizar como "El Grito".
Es un árbol que por su forma no es fácil de diseñar y aunque tengo una idea de por dónde quiero que vaya su diseño me gusta pedir consejos y comentarlo. En este caso lo comentamos con Nacho Salar, y al igual que Erasmo y yo mismo, coincidimos en que la parte de la madera que os señalo en la siguiente fotografía tiene mucha fuerza. El simple hecho de cerrar un circulo con el juego de las maderas hace que nuestra vista se vaya a esa zona y resulte pesado ya que no encontramos ningún "punto de fuga" y no termina de acompañar a lo sinuoso del resto del conjunto
Tras un rato de debatir, decidimos que una de las mejores soluciones pasaba por intentar engañar a la vista y abrir ese circulo de espacio que hacía que el árbol ganase tamaño pero que realmente no terminaba de aportar nada. Así que eliminando una parte de esa madera que cerraba el circulo visualmente se aligeraba la percepción de la zona.
Este es el detalle de la parte que se decidió eliminar. Ahora a aparecido una cabeza de dragón preciosa que resalta mucho más. Pero aún así hay que seguir aligerando.
Al final, alambrado y por decisión propia eliminé con ayuda de la partetroncos un poco más de madera de esa zona para potenciar el dragón. El resultado es el siguiente:
En principio este año no tengo pensado trasplantar. Ahora a seguir refinando las copas para que gane más carácter y el año que viene ya veremos donde lo plantamos. La cosa es que "El Grito" ha dejado de gritar...
6 comentarios
Va a gritar pero de frío en cualquier momento, jeje. A mi me gusta más así, has ganado en realismo. Seguiré el "grito que no grita", porque yo no hubiera sabido que hacer con ese árbol, pero estoy segura que vas a sacar de él, un bonito shoin.
ResponderEliminarUn abrazo
La verdad que es un árbol muy complejo y quizás ese sea el motivo que lo hace llamativo.
EliminarA ver como termina de gritar sin grito! jejeje
Un abrazo Silvia!
Un cambio para mejor bestial, Manuel. La verdad es que antes era un árbol "peculiar", tomando esta palabra más como raro que como nada bueno. Ahora ha ganado muchísimo en plasticidad, hasta la madera se hace más creíble. Has hecho bien yendo un poco más allá en la eliminación de la madera sobrante porque evidentemente sobraba. Aun es más pesada la parte superior que la base del árbol, visualmente quiero decir, pero has conseguido que ese desequilibrio sea menor. Me gustará ver como evoluciona "el grito del dragón". ¡Alá!, por el mismo precio ahí te dejo una sugerencia para rebautizarlo, que auna, en un mismo nombre, el antes y el después de la pieza.
ResponderEliminarUn abrazo, buen trabajo.
El siguiente paso es avanzar un poco más en el diseño de la copa y poco a poco ir refinando la parte superior de la madera, que seguro conlleva eliminar algún trozo más de madera muerta. A veces no nos damos cuenta de lo pesado que puede llegar a ser el conservar toda la madera y, aunque sea una lástima eliminarla, se hace necesario para el bien del conjunto.
EliminarDe un tiempo atrás a la actualidad es cada vez más frecuente como se venden verdaderas obras de arte de la naturaleza por el sinuoso de sus maderas y por el "potencial" de las mismas. Pero a la hora de la verdad, colocar el verde y crear un conjunto en la mayoría de esos casos se hace una tarea compleja que hace que tengamos que tomar la decisión de eliminar parte de ese atractivo por el que nos decantamos por un árbol u otro.
Por cierto, me encanta el nuevo nombre, y me honra que hayas sido tú el que lo ha bautizado. Hoy "El grito del dragón" ha vuelto a dar un paso de gigante en su evolución.
Un abrazo y gracias de nuevo
Antes el árbol era "diferente" pero ahora con el dragón es una pasada, te has arriesgado y has acertado.
ResponderEliminarUn abrazo
La verdad que sí.
EliminarCada vez estoy más convencido en que en esto del bonsai menos es más.
Un abrazo para tí también!
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