Cuando empezamos a formar un árbol, los trabajos suelen ser muy drásticos y la mayoría de las veces, llevan asociados alambrados fuertes, podas de saneamiento, recolocación de ramas y un sinfín de técnicas que nos dan más de un quebradero de cabeza.

Pero poco a poco, conforme el árbol va llegando a su estado de madurez y consideramos que el diseño que tenemos se acerca al objetivo buscado los trabajos suelen ser algo más rápidos y sencillos.

Es cierto que no es recomendable mantener siempre a un árbol retenido en cuanto a crecimiento se refiere y siempre es bueno dejar crecer algo más de lo normal para volver a rejuvenecer el "espíritu" del árbol, pero en la entrada de hoy no es el caso.

En este caso, lo que estamos buscando es terminar de refinar las copas de este ullastre y para ello tenemos que estar muy pendientes para evitar que los brotes crezcan demasiado y echen a perder la ramificación fina que tanto estamos buscando. Así que el trabajo que se llevó sobre este árbol el pasado 29 de agosto consistió en eso, en eliminar los brotes que no nos interesaban y pinzar los que ya se escapaban del diseño final. 

El trabajo ha sido sencillo y rápido. El resultado final fue el siguiente:

Un saludo desde Alemania!