Sol y sombra
Como se nota que ya llega el verano!
De un día para otro las temperaturas han subido, y la radiación que tenemos también ha aumentado al irse las nubes que nos han acompañado durante gran parte de la primavera.
Esto viene bien en parte, porque el sol es el principal nutriente de nuestros árboles, pero tenemos que tener ciertas precauciones.
Y es que es normal tener algunos árboles que por su tamaño o por la variedad necesiten cierta atención. Colocarlos a la sombra, aumentar los riegos, etc.
¿Qué debemos hacer?
En primer lugar debemos analizar que tipo de árboles tenemos en nuestra colección. Si son árboles típicos de nuestra zona climática, están mejor adaptados a las condiciones que árboles de otras zonas. En Almería, por ejemplo, es muy difícil cultivar acers, entre otras especies, pero los olivos son especies ideales.
También tenemos que tener en cuenta el tamaño de nuestros árboles. No es lo mismo un shohin que un árbol de gran tamaño y el estado de formación. Un árbol recién trasplantado no es recomendable ponerlo bajo el sol directo en las primeras semanas tras el trasplante.
Por último, tenemos que valorar dónde tenemos los árboles y que temperatura llegan a coger. Hay ocasiones que los árboles están en sitios donde se refleja mucho la luz o la ventilación es muy mala y las temperaturas a mitad de agosto son infernales en el centro del día.
A partir de aquí tenemos diferentes soluciones que pasan por cambiar la ubicación de los árboles, dando prioridad de las horas de sombra a aquellos árboles más delicados, y la solución más común es el empleo de mallas de sombreo, que reducen la luz directa que cae sobre nuestros árboles.
Y vosotros, ¿cómo lo hacéis?
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