Pues hace unos días os decía que tocaba estar pendiente de los trabajos en los mirtos para ir avanzando en su formación y evitar alambres y otros desperfectos que nos pueden dar más de un quebradero de cabeza, así que hoy ha tocado darle la vuelta a uno de ellos.

El trasplante de este año le ha sentado genial y va con un vigor espectacular, así que le toca seguir mejorando en su formación y dar un pasito más.

Fijaros, lo primero ha sido eliminar brotes mal situados, alambres que empiezan a clavarse y cortar alguna rama que dejamos como tirasavias:

Una vez podado, alambrado y posicionado las ramas, toca empezar a cuidar la madera, una madera muy blanda y con muchos detalles que si no protegemos perderemos con el paso del tiempo.

Lo primero ha sido arreglar la herida que su anterior dueño quemó con soplete y no llego a trabajar nunca. Os muestro el antes y después:

Con ayuda de gubias he limpiado todas las partes que presentaban madera que no tenia interés o que estaba en mal estado para poder avanzar mejor en el trabajo y posteriormente he aplicado un endurecedor de madera para protegerla.

Los detalles que tiene la madera son una pasada y poco a poco con el trabajo han ido saliendo a la luz

Y el resultado final:

Aquí tenéis el antes y después: