Los que seguís el blog, os acordaréis que este árbol lo trasplantamos a principios de verano para intentar restablecer el vigor que tenía. Pues bien, después de un verano "delicado" ha empezado a mostrar síntomas de vigor y empieza a brotar con fuerza. 

Ahora toca volver a recuperar las zonas que hemos perdido y sobretodo, volver a darle ese caracter que tenía antes del trasplante. Para no debilitar mucho al árbol, voy a llevar a cabo los trabajos por fases y rama a rama, para favorecer su desarrollo y no limitar el vigor de todo el árbol. Así que toca centrarse en la primera rama.

Una de las características del crecimiento de los ficus es su tendencia a "verticalizar" las ramas, es decir, que mientras la rama se sigue formando, el árbol tiende a levantar la rama para favorecer el flujo de la savia y poder competir con el resto del árbol en la búsqueda del sol. Esto puede llegar a ser un quebradero de cabeza para los aficionados de bonsai, ya que después de alambrar y desalambrar, al cabo del tiempo nuestro ficus volverá a levantar toda la rama y nos puede volver a frenar su desarrollo.

El uso de tensores es una de las medidas más útiles para controlar este efecto, así que con un par de tensores vamos a controlar esa dominancia de la rama.

Pero lo más interesante de esta rama está cerca de su base:

Después de un verano en el que he pulverizado bastante las copas de este árbol, asoma timidamente una pequeña raíz buscando llegar a tierra...así que vamos a ayudarle a conseguirlo. Para ello, con ayuda de rejilla de trasplante y musgo de fibra larga, se ha colocado una "guía" para favorecer que la raíz llegue a buen puerto en un período de tiempo razonable y pueda engordar rápidamente durante su camino.

Y aquí el resultado final del trabajo de hoy.

Un saludo!