Cuando nos descuidamos.

by - agosto 04, 2019

Este es uno de esos casos en los que por una serie de descuidos el árbol pierde vigor y se compromete su desarrollo.

Hace unos días llegaba a casa este ficus. Su dueño no ha podido prestarle los cuidados necesarios en la época de mayor demanda de cultivo y el árbol ha perdido vigor. 


Mala programación de riegos, orientación indebida con una pared de fondo que ha debilitado todo el trabajo anterior y la ausencia de abono han dado como resultado la pérdida de vigor, llegando a secar algunas partes que eran fundamental para el diseño.


Lo primero y más importante: Sanear. Eliminar cuidadosamente todo lo que esté muerto o flojo de vigor.


Y en segundo lugar, una poda para equilibrar el vigor y volver a rediseñar el árbol.


Ahora estará un tiempo en casa, a pleno sol y con especial cuidado a los riegos y abonados. No se ha decidido trasplantar por el buen estado de la akadama y sobretodo, por el buen estado del drenaje.

Un saludo a tod@s y os mostraré su estado en breve! Va viento en popa!

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