Hola a tod@s!

Siempre que vemos un árbol terminado nos quedamos sorprendidos de lo bonito de este arte, pero muchos de los que empiezan en este arte no son capaces de ver el largo camino que hay hasta conseguirlo.

Empezar un árbol desde 0 es una tarea difícil, en la que el tiempo es el único que nos va a permitir disfrutar del resultado y sobretodo, del aprendizaje que hay a lo largo de todo el camino.

Sigo siendo un soñador, y sigo disfrutando empezando de 0 material que para muchos solo es una pérdida de tiempo. Para mí, empezar un proyecto de este tiempo es un ejercicio de aprendizaje y de encontrarme conmigo mismo, donde poner en práctica todo lo aprendido durante tantos años y donde volver a encontrarme con la verdadera esencia de este arte.

En este caso os presento uno de esos sueños, un material totalmente virgen con tierra de campo y que después de un tiempo de aclimatación en mi casa ha empezado su camino en este arte.

Lo primero, eliminar todo resto de tierra original de campo, para poder potenciar un mayor desarrollo de las raices y poder ver todo el potencial del árbol.

Ahora vamos a plantarlo en una maceta que permita su desarrollo. Ya habrá tiempo de buscar macetas definitivas.

Dado que el árbol no tiene ningún punto donde poder hacer bien el anclaje para que no se mueva en la maceta y no se pierdan las raices finas por movimientos del tronco, utilizo un par de tornillos en la base del árbol donde poder sujetar el alambre y mejorar su fijación:

Terminamos de rellenar con akadama de diferente granulometría y colocamos las ramas con las que vamos a formar el árbol.

El resultado no es espectacular, pero se han asentado las bases de lo que vendrá en el futuro. Espero que disfrutéis tanto como yo con su evolución y os invito a que me digáis cuales son vuestros proyectos más apasionantes en el mundo del bonsai.

Recordad, el verdadero premio no es llegar al final, el verdadero premio son las vivencias que nos encontramos en el camino.

Un saludo!